Design Thinking (Oldie but goodie) ¿Una metodología que llegó para quedarse?

 

El Design Thinking no es un marco metodológico nuevo, de hecho en 1969 fue la primera vez donde este término fue escuchado, sin embargo, desde hace unos años éste ha tomado mucha más fuerza convirtiéndolo no solo en una metodología sino en un mindset de diseño.

Y quizás la pregunta que puede surgir es… ¿Sigue siendo el Design Thinking relevante?, a continuación comparto una lista de razones por las cuales éste debe seguir siendo parte no solo de los procesos de diseño sino también la toma de decisiones del negocio.

 

Centrado en las personas

Diseñar centrado en las personas no pasará de moda, no importa el tipo de compañía desde la que se esté diseñando un servicio, producto o experiencia, empatizar, entender las necesidades, definir y diseñar es el proceso ideal que se debe vivir para diseñar con sentido y coherencia.

 

Doble Diamante + un nuevo ingrediente

El Design Thinking como marco metodológico pasa por una serie de fases (Se pueden encontrar diferentes nombres para llamarlas) que se resumen en Descubrir, Definir, Desarrollar y Entregar, sin embargo los tiempos van cambiando y así como seres humanos evolucionamos todo aquello que nos rodea, el mundo del diseño también lo hace, lo cual nos lleva a agregarle un ingrediente adicional a esta conversación y es el Agilismo. Se ha evidenciado que ambos mundos pueden convivir y poner al Design Thinking como una metodología aliada y no aislada ni exclusiva para equipos de diseño. La sinergia entre estas disciplinas crea como resultado procesos con entregas de valor mucho más constante, investigaciones con insights accionables y conversaciones entre negocio, diseño y desarrollo que antes no se daban en entornos del día a día.

 

Perspectiva y adaptabilidad

Uno de los resultados más importantes de llevar este marco metodológico a los diferentes procesos de una compañía es instaurar dos elementos claves en cualquier equipo: La perspectiva entrega no solo una nueva forma de abordar retos, sino herramientas para abordar retos complejos de cualquier temática, aprender a ver espacios de oportunidad donde antes no se pensaba e identificar con facilidad soluciones viables, factibles y deseables. Por otro lado, cualquier proceso de diseño, si se lee desde la capa visual parece un símbolo de infinito, es decir, es cíclico, va y viene… devolverse no es un “retroceso” como quizás otros marcos metodológicos lo pueden ver; devolverse para repensar, iterar para entregar más valor y adaptarse para solucionar necesidades que vienen desde la voz del usuario es lo que genera que se adquiera una inercia en la forma de diseñar y trabajar con equipos multidisciplinarios.

 

¿Debo ser Diseñador?

El Design Thinking, si lo fuésemos a traducir es: Pensamiento de diseño, y este mindset lo puede adquirir y desarrollar cualquier persona, no se necesita ser diseñador para ser quien lo habilite en equipos de trabajo al momento de dar solución a un reto o necesidad de los usuarios, sin embargo sí se deben tener presentes una serie de habilidades y valores para realmente vivir el diseño desde su deber ser, estas son algunas de esas características que un Design Thinker debería tener: curiosidad, determinación, cuestionamiento, perseverancia, imaginación e iniciativa para tomar las riendas hacia el cambio.

 

Y si aún queda la duda de si deberíamos seguir tomando el Design Thinking como un marco metodológico que acompañe diferentes procesos y no solo los de diseño… la respuesta es SÍ. Los marcos metodológicos diferentes al Design Thinking no son una moda y aunque muchas veces algunos llegan para quedarse y otros no, aquellos que no se quedan es porque quizás no encontraron los elementos para evolucionar a la par de diseño (En este caso el Design Thinking fue convirtiéndose en un aliado). Así que la próxima vez que pienses en el Design Thinking, no lo veas como un marco metodológico rígido que sigue un paso a paso, recuerda que es cíclico, nos invita al cambio, pero sobre todo, nos demuestra que el diseño es estructurado y que si lo conectamos con otras disciplinas, sin duda alguna puede potenciar ideas, conceptos, productos, servicios y experiencias centradas en las personas.

Escrito por

Verónica Pinzón

Líder de investigación